Ante un mundo acelerado en consumo (recordemos que Chile es el primer país de Latinoamérica en consumir el stock de recursos que el planeta brinda en un año de acuerdo con el Global Footprint Network) y una cultura lineal que muchas veces prefiere lo desechable por sobre lo retornable, nos enfrentamos ante la encrucijada de cómo activar la economía post pandemia. Por un lado, necesitamos recuperar productividad y empleos y, por otro, dejar de generar miles de toneladas de desperdicios diariamente.
Hoy 17 de mayo, la UNESCO nos invita a reflexionar acerca del Día Mundial del Reciclaje. Se nos genera una oportunidad única de repensar la forma en que hacemos las cosas y reorientar el comportamiento de las empresas y consumidores para usar de manera responsable los recursos.
No es casualidad que un día como hoy, pero del año 2016, se promulgara la Ley 20.920 (Ley Rep), cuyo objetivo general es disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización, estableciendo el marco para la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor y el fomento al reciclaje. En este caso particular, la normativa asociada establece metas para productos prioritarios como los neumáticos fuera de uso, cuya generación anual de residuos se estima en las 140 mil toneladas, valorizándose solamente un 8,6%, según la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje.
La Economía Circular es un modelo de consumo y producción sostenible que propone cambios en los sistemas lineales que conocemos y, al mismo tiempo, es una herramienta que permite diseñar modelos de negocios que incorporen el ecodiseño, la reutilización, el reciclaje y la valorización para contribuir al cumplimiento de metas de reciclaje de los productos prioritarios en la Ley Rep y las metas de la Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040.
Hoy es una excelente instancia para recordar nuestro compromiso con el cuidado medioambiental y aplaudir a todos aquellos que trabajan por una gestión eficiente de los subproductos (mal llamados residuos) en toda su cadena de valor, transformándolos en nuevos materiales de valor agregado y generando impactos positivos en el planeta.
Columna de Opinión
Javier Obach, Gerente Programa Territorio Circular
