Columna de opinión: «Minería circular: el desafío estratégico de Chile»

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La minería es clave en el desarrollo económico de nuestro país, que se posiciona a nivel mundial como uno de los principales productores de cobre, litio y otros minerales estratégicos. Las perspectivas de crecimiento para la industria durante los próximos años son auspiciosas, dado el actual contexto global, donde los minerales críticos son fundamentales para la transición energética. Esta posición favorable contrasta con factores internos, como el agotamiento de leyes minerales, la disponibilidad y gestión de recursos, como el agua, por ejemplo; y la relación con el entorno, lo que moviliza a la industria a buscar nuevas soluciones. En este contexto, la transición hacia una economía circular no sólo es una oportunidad, sino una necesidad para garantizar la sostenibilidad del sector minero en Chile.

Para avanzar en esta dirección, la industria viene trabajando desde hace años de manera exitosa en diversas iniciativas. Una de ellas se relaciona con la valorización de sus residuos, como ocurre, a modo de ejemplo, con los Neumáticos Fuera de Uso (NFU). Destacan iniciativas en la Región de O’Higgins, donde gracias a una planta de reciclaje es posible transformar, a través de un proceso llamado pirólisis, neumáticos de la División El Teniente de Codelco en aceite, acero y carbón, componentes clave para otros procesos productivos. Este avance es posible porque hoy existen nuevas tecnologías disponibles en nuestro país, que garantizan su ejecución bajo altos estándares, así como también a la visión y ahínco de nuevos emprendedores que logran encadenamientos productivos virtuosos para las economías locales. No menos importante ha sido la modernización normativa, que con la aprobación años atrás de la Ley REP ha permitido cambios en diversas industrias con resultados positivos como el anteriormente descrito.

Desde el Ministerio de Minería, creemos que ese es el camino en el que debemos perseverar; empujando decididamente una mayor y mejor articulación pública privada, que facilite avanzar en nuevas soluciones con impacto en los territorios. También en la modernización y armonización de la regulación actual, velando tanto por los desafíos de hoy como por las oportunidades del mañana. Y por supuesto, promoviendo cambios culturales, basados en el diálogo y construcción de confianza con las comunidades. 

En esa línea, nuestra institución presentó a principios de este año, la Agenda de Relaves 2025 – 2026, cuyo Comité de Implementación comenzó a funcionar la primera semana de junio. Este espacio se constituye como un lugar de trabajo colaborativo que permitirá avanzar en la implementación de las acciones de esta agenda, las que tienen foco en desafíos urgentes, como la elaboración de un programa de reubicación de relaves, incentivando el reprocesamiento y la reutilización. En cuanto a ajustes normativos, prontamente ingresará a la Contraloría General de la República la modernización del DS 248, reglamento que fija las condiciones para el diseño, construcción, operación y cierre de los depósitos de relaves, la que incluye incentivos para el reprocesamiento. De la misma manera, se trabajó con el Ministerio de Medio Ambiente para considerar ajustes en el reglamento del SEIA en materia de reprocesamiento y valorización de los residuos masivos mineros, todos cambios que, de concretarse, creemos serán un impulso para avanzar con mayor celeridad en el fortalecimiento de la minería secundaria. 

¿Es esto suficiente? Sin duda no. Se requiere también avanzar en cambios culturales más profundos que, basados en la construcción de confianza, den cuenta de beneficios no sólo económicos, si no también ambientales para nuestros territorios. 

Claudio Bustamante Lanctot
Jefe División Desarrollo Sostenible
Ministerio de Minería

 

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