Tenemos en la cabeza el modelo lineal de hacer las cosas y debemos desaprenderlo...

Tomás Saieg
Presidente del Comité Ejecutivo Territorio Circular y jefe de la oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente
Conversamos en esta breve entrevista sobre economía circular y las dificultades en nuestro país, su participación en la creación de la Hoja de Ruta para un Chile circular al 2040 y los desafíos del Programa Territorio Circular.

Desde el Ministerio del Medio Ambiente y como miembro del Comité Ejecutivo de Territorio Circular, ¿cuáles son las principales dificultades de Chile en materias de economía circular?

En el proceso de elaboración de la hoja de ruta se hizo una pregunta similar, pidiendo a las personas indicar, para distintos sectores, cuáles eran los tipos de barreras más importantes para avanzar en la economía circular en cada sector. Se definían cuatro tipos de barreras: tecnológicas, de mercado, regulatorias y culturales.

Los resultados de esta encuesta fueron bastante contundentes: la mayoría de las personas pensaban que el tipo de barrera más importante eran las culturales.

No puedo más que estar de acuerdo con los resultados de esta encuesta. Me parece que la principal dificultad que tenemos, tanto en Chile como en el mundo, es cognitiva: tenemos en la cabeza el modelo lineal de hacer las cosas y debemos desaprenderlo.

Lo anterior, por cierto, no significa que no existan dificultades tecnológicas, regulatorias o de mercado, que por cierto hay que abordar.

¿Cuáles fueron los desafíos de trabajar en el proyecto que derivó en la creación/publicación de la Hoja de Ruta para un Chile circular al 2040?

Diría que uno de los desafíos más relevantes, al comienzo del proceso al menos, fue hacer todo de manera virtual. Hoy en día ya estamos acostumbrados, pero en ese entonces, la pandemia estaba recién comenzando y no se había masificado el formato de reuniones y talleres virtuales que hoy ya se ha vuelto común. Tuvimos que inventarlo todo, sin tener muchas referencias a las cuales acudir.

Otro desafío fue lograr generar un proceso que no terminara con la publicación de la hoja de ruta. El riesgo de estos procesos de planificación estratégica es que, al concluir, se disuelva la energía y los instrumentos queden archivados, sin que nadie se los apropie. Creo que, gracias a la preocupación que hubo sobre esto desde un comienzo, se evitó lo anterior y hoy tenemos una hoja de ruta que muchos actores, partiendo por Territorio Circular, se han apropiado.

¿Cuáles son los desafíos del Programa Territorio Circular?

Son varios los desafíos pero me gustaría resaltar uno que me parece fundamental y que está plasmado en su nombre: lograr que la economía circular llegue realmente a los distintos territorios del país, y que no termine siendo un tema solo de la región metropolitana. Es difícil lograrlo ya que Chile es muy extenso y sus regiones son muy diversas. Pero, tal y como se indica en la hoja de ruta, parece fundamental que cada territorio genere, por decirlo de alguna manera, su propia versión de la economía circular, la que le haga sentido. El desafío del programa, en este sentido, es empujar para que esto suceda.

¿Cómo incentivamos a las empresas para que implementen soluciones y modelos circulares en sus procesos?

Cuando una empresa quiere avanzar hacia la sostenibilidad, lo más común, y también lo más lógico, es que parta por aquellas acciones que, además de disminuir sus impactos ambientales negativos o generar impactos positivos, tienen sentido económico. La buena noticia es que la economía circular presenta un sinfín de oportunidades de este tipo. La eficiencia en el uso de recursos, por ejemplo, es un ámbito de acción enorme para distintos tipos de empresas. La gestión de las cadenas de suministro de forma que propendan a la sostenibilidad, es otro.

Tomás Saieg
Presidente del Comité Ejecutivo Territorio Circular y jefe de la oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente
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