Es crucial apoyar la investigación en biotecnología para asegurar la transición hacia prácticas y tecnologías bioeconómicas.

Carolina Pizarro Torres, PhD
Gerenta de Sustentabilidad. AB Chile, Alimentos y Bebidas de Chile A.G.
Hay muchas cosas interesantes pasando en nuestro planeta, pero no siempre las vemos y/o entendemos, por ejemplo, ¿Sabías que los restos vegetales sirven para hacer plástico? ¿Por qué las legumbres pueden reducir las emisiones de CO2 de la ganadería? ¿Cómo la basura puede ser la fuente de energía para tu casa? Aunque para muchos suene contradictorio, el cuidado del medio ambiente puede ayudarnos a hacer mejores negocios.

¿Qué es la bioeconomía y para qué sirve?

La bioeconomía es un modelo económico que se fundamenta en la producción y el uso sostenible de recursos biológicos renovables para generar productos, servicios y energía. Aunque el concepto de bioeconomía no es nuevo y ha estado presente en diversos sectores, su relevancia y alcance han crecido considerablemente.

Este modelo abarca una amplia gama de sectores y actividades, incluyendo la agricultura, la pesca y la silvicultura, así como la producción de alimentos. Además, gracias a los avances en biotecnología, la bioeconomía se expande a áreas como los biocombustibles y los biomateriales, ofreciendo alternativas sostenibles a los productos y procesos tradicionales.

¿Por qué necesitamos una bioeconomía sostenible y circular?

En el contexto actual de triple crisis (cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación), es crucial contar con procesos productivos de menor impacto ambiental que se basen en principios circulares, emulando los ciclos naturales.

Entre sus beneficios se incluyen la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la preservación de la biodiversidad. Además, se incentiva la investigación y el desarrollo en biotecnología y disciplinas afines, impulsando la innovación en productos y procesos más eficientes y ecológicos.

La economía circular es parte esencial de la bioeconomía, al reutilizar y reciclar materiales biológicos, disminuyendo el desperdicio y mejorando la eficiencia en el uso de los recursos. Esta aproximación no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también apoya un desarrollo económico resiliente y equitativo.

¿Cómo impulsar la bioeconomía desde los sectores productivos?

El principal incentivo para adoptar la bioeconomía como modelo de producción es la eficiencia en el uso de recursos y la reducción del impacto ambiental. Por ejemplo, en la agricultura, la implementación de técnicas de precisión y el uso de biofertilizantes aumentan la productividad y mejoran la resiliencia frente al cambio climático. En el sector industrial, el uso de bioproductos (bioplásticos y enzimas industriales) ofrece una alternativa sostenible a los productos derivados de combustibles fósiles, mientras que en el campo de la biotecnología, se están desarrollando medicamentos y terapias innovadoras, junto con mejoras en la nutrición y la seguridad alimentaria.

Finalmente, en la gestión de residuos, la bioeconomía permite transformar residuos orgánicos en productos útiles como compost, biogás o materiales de construcción, cerrando así el ciclo de los recursos y promoviendo la sostenibilidad.

¿Cuáles son las oportunidades y desafíos de la bioeconomía en Chile?

Chile tiene un potencial considerable para desarrollar una bioeconomía robusta, aprovechando su biodiversidad y recursos naturales. Sin embargo, es crucial abordar desafíos estructurales, regulatorios y educativos para lograr un desarrollo sostenible y equitativo en este sector.

La diversidad de ecosistemas y especies en Chile, proporciona una base sólida para el desarrollo de productos biotecnológicos y servicios ecosistémicos. Por ejemplo, la bioeconomía puede generar nuevas oportunidades de empleo y desarrollo económico en áreas rurales, revitalizando las economías locales. La producción de biocombustibles podría diversificar aún más la matriz energética del país y reducir la dependencia de combustibles fósiles. En la minería, técnicas como la biolixiviación, la biorremediación, la fitorremediación y el uso de bioproductos permiten reducir el impacto ambiental, mejorar la recuperación de metales y gestionar los residuos de manera más sostenible.

La creación de políticas y regulaciones claras y favorables es esencial para fomentar el desarrollo de la bioeconomía y asegurar prácticas sostenibles. Asimismo, es importante considerar incentivos para estimular la inversión privada y la innovación en el sector bioeconómico.

¿Cuáles son los desafíos a la hora de pensar en la bioeconomía como un modelo de producción?

La implementación de la bioeconomía enfrenta desafíos significativos, entre ellos la necesidad de garantizar que la explotación de recursos biológicos no resulte en sobreexplotación o pérdida de biodiversidad. Además, el cambio climático puede afectar los recursos naturales y la estabilidad de los ecosistemas, complicando la adopción de prácticas bioeconómicas sostenibles.

La transición hacia prácticas y tecnologías bioeconómicas puede ser costosa, requiriendo inversiones significativas en investigación y desarrollo, infraestructura y formación de mano de obra especializada. Por ello, es crucial apoyar la investigación en biotecnología y otras áreas clave mediante financiamiento y colaboración entre universidades, empresas y el gobierno. Además, fomentar la cooperación internacional a través de la participación en redes y proyectos globales permitirá compartir conocimientos y tecnologías, desarrollando políticas y estrategias efectivas que maximicen los beneficios de la bioeconomía.

Carolina Pizarro Torres, PhD
Gerenta de Sustentabilidad. AB Chile, Alimentos y Bebidas de Chile A.G.
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