“La economía circular es una decisión estratégica de la salmonicultura chilena”

Arturo Clément
Presidente de SalmonChile
El presidente de SalmonChile, Arturo Clément, destaca que la industria ya reutiliza hasta el 99% del agua en pisciculturas, transforma residuos en productos de valor y certifica el 100% de su biomasa bajo estándares internacionales. Sin embargo, advierte que persisten desafíos regulatorios y logísticos. A través de programas colaborativos y una hoja de ruta sectorial, el gremio busca consolidar un modelo productivo que combine competitividad internacional con sostenibilidad ambiental y social.
  1. ¿Cómo se está consolidando la economía circular como un eje estructural del modelo productivo de la salmonicultura, y qué desafíos regulatorios o sistémicos impiden su aceleración?

La economía circular es una decisión estratégica de la salmonicultura, con iniciativas concretas que se están llevando a cabo hace ya tiempo: existen alianzas para transformar redes, cabos y boyas en nuevos productos; pisciculturas que están reutilizando hasta el 99% del agua gracias a sistemas de recirculación. Además, los subproductos orgánicos –como vísceras, mortalidad o lodos– se están transformando en productos de valor como harinas y aceites para alimento de mascotas y hasta fertilizantes, lo que permite cerrar ciclos y reducir la presión ambiental.

A través del APL firmado en 2021, hoy en proceso de certificación, las empresas impulsaron proyectos de economía circular con la comunidad y se elaboró una Hoja de Ruta que guía al sector en metas de circularidad, detección de brechas y acciones conjuntas en logística, alianzas e innovación.

Aún tenemos desafíos como la complejidad logística en zonas alejadas y un marco regulatorio poco adaptado a la realidad acuícola. Un avance clave es la aprobación, después de muchos años, del DS 30, que permite reutilizar lodos de piscicultura como insumo agrícola, cerrando ciclos y generando valor compartido entre acuicultura y agroindustria.

 

  1. ¿Qué aprendizajes deja la experiencia del programa “Comprometidos con el Mar” sobre la articulación de soluciones colaborativas entre empresas, comunidades y el Estado, y cómo escalar ese modelo para amplificar su impacto territorial?

El programa Comprometidos con el Mar es una plataforma de colaboración entre empresas, trabajadores, comunidades, ONGs, municipios y organizaciones que, desde hace ocho años, se han coordinado para recuperar el borde costero del sur austral.

Su valor no está solo en los números  (por ej: más de 1.700 km de litoral intervenido y 5.300 m³ de residuos recuperados de zonas remotas sólo en 2024), sino en la forma en que esa recuperación ocurre: con rutas priorizadas por criterios sociales y ecológicos, con logística compartida y con trazabilidad real del destino de los residuos, que son derivados a centros de valorización en el mismo territorio.

  1. ¿Qué atributos de la economía circular están fortaleciendo hoy la competitividad internacional del salmón chileno, y qué rol juegan los estándares globales en esa validación ante los mercados?

En los mercados globales, ya no basta con tener calidad. Hoy se exige trazabilidad, circularidad y evidencia de impacto positivo social. Y ahí es donde el salmón chileno se ha posicionado no solo como una proteína de excelencia, sino como una industria que incorpora la sostenibilidad de triple impacto como variable de su competitividad.

Hoy el 100% de la biomasa cosechada por las empresas de SalmonChile es certificada bajo estándares internacionales como ASC, GLOBALG.A.P., BAP y/o Friend of the Sea. Y lo relevante no es el sello o las puertas que abre, sino lo que hay detrás: eficiencia hídrica, manejo de residuos y cumplimiento de estrictos protocolos sociales, entre muchos otros. En paralelo, se están incorporando innovaciones en cultivos experimentales de algas en períodos de descanso sanitario, tecnologías de recirculación de agua, valorización de subproductos e inteligencia artificial en prácticamente toda la cadena.

La economía circular no es solo una mejora técnica. Es parte de un modelo productivo que demuestra que sí es posible compatibilizar cuidado ambiental con producción eficiente y sostenible. Si Chile se atreve a construir una visión de largo plazo, tenemos todo para ser líderes globales en economía azul.

Arturo Clément
Presidente de SalmonChile
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